viernes, 26 de febrero de 2010

He vuelto!!

Tras 9 días de relajación absoluta, ya estoy en Madrid (oooooooooooooh!). He bebido cócteles con sombrillita y sabores empalagosos, he tomado el sol cual lagarta de sangre fría, he hecho turismo tras haber dormido 1 hora y tomando cerveza para bajar la resaca (en mi defensa soy universitaria y todo lo que iba a ver ya lo había visto la vez anterior estando sobria con mi madre), he hecho fiesta en un barco, me he mecido en una hamaca mientras miraba las estrellas, me he dormido con el arrullo de las olas del mar, me he reído como nadie, se me ha pegado el acentillo mexicano, he comido quesadillas, tacos, fajitas y chimichangas... En fin, que han sido unas vacaciones magníficas.
Cuando supere la depresión postvacacional y me acostumbre a ver lluvia de forma constante, volveré a escribir todas las tonterías que me pasan en mi vida diaria.
¡¡Un saludo a todos!!

lunes, 15 de febrero de 2010

Pixu-kun

A ti, que sé que me lees, te quiero. Dejo mi corazón aquí contigo, cuídalo y procura que no vuelva a romperse. Te voy a echar mucho de menos, pensaré en ti cada día. Piensa tú en mí por las noches.

Incompetencia

- Objetos perdidos de tu habitación, ¿dígame?
- Buenas noches. Verás es que no encuentro mis sandalias blancas y quería saber si las habéis encontrado...
- No, no hay sandalias blancas por aquí.
- ¿Podrías comprobarlo? Es que las necesito con urgencia porque mañana me voy a México.
- ¡Ajá! Pues entonces no debiera haberlas perdido...
- ¡No es que las haya perdido, es que no las encuentro!
- Como usted diga... (tonillo condescendiente) Pero no, por aquí no sabemos nada de dichas sandalias.
- ¿No podría ponerse en contacto con el departamento de memoria a largo plazo? Quizá ahí recuerden algo al respecto que me ayude a encontrarlas...
- Lo siento, pero no, ya le he dicho que no sabemos nada sobre el tema.
- ¡Pero cómo se puede ser tan imbécil! Al menos compruébalo...
- Si sigue hablando en ese tono me veré obligada a cortar la comunicación. Si quiere, puede poner una reclamación al sistema nervioso central, pero no le garantizo que sirva para nada.
- Entonces, ¿por qué iba a ponerla?
- Para desahogarse supongo...
- Gracias por tu inexistente ayuda. Buenas noches.
- Cuando quiera. Buenas noches.

Como veis, no solo no encuentro mis sandalias, sino que mi yo interior es una borde (a veces me olvido de lo bruja que puedo llegar a ser...)

P.D: Bueno, me despido durante 9 días. Me voy de vacaciones a Riviera Maya a relajarme y pasarlo bien. Cuando vuleva leeré todas vuestras entradas sin falta. Ya postearé cositas sobre el viaje, que anécdotas no creo que me falten.

domingo, 14 de febrero de 2010

Taxi driver

Creo que esta es una de las cosas más surrealistas que me ha pasado en un taxi, y me han pasado una cuantas... Todavía creo que el numerito estaba preparado y que cuando salí se partieron de risa a mi costa durante horas, si no, no me lo explico.
Entré en un taxi y vi que de copiloto había una chica, lo que me sorprendió pero la verdad es que pensé que era una aprendiz o algo...
Taxista: "Como ves, voy muy bien acompañado, ¿te importa?"
Yo: No, me da igual... (luego me arrepentiría de mi respuesta)
Silencio sepulcral, yo mirando por la ventanilla como siempre y...
Chica: "¡Eres un hijo de puta y una cabronazo!"
Yo: (ojiplática)
La chica se gira hacia mí y me dice: "lo siento, es que ya no me aguantaba más". Yo asiento y le echo una sonrisita tranquilizadora. Mal hecho, porque esto la envalentona a hablar.
Chica: "Es que lo es... ¿Sabes lo que dice? ¡Que las mujeres no servimos para nada!"
"¡Ah! No es más que la típica discusión en plan batalla de sexos" - pienso tranquila. Así que, sin poder contenerme porque yo soy así de bocazas (qué le voy a hacer), meto baza.
Yo: "¿Nosotras inútiles? ¡Pero si ellos no saben ni freír un huevo! (Craso error abrir la boca...)
Taxista: "¿Y pa qué? Si tengo a esta pa que me los fría... Que pa poco más sirve"
Chica: "¿¡Ah, sí!? Pues no te preocupes que en cuanto lleguemos a casa te voy a cortar los huevos, los voy a freír y me los voy a comer de cena"
Silencio... Yo pensando "es broma, claro..."
Chica: "Lo siento, ¿eh? Esto debe ser lo más raro que te ha pasado en un taxi..."
Yo: "¡Qué va! No pasa nada, si me ha pasado cada cosa rara en los taxis..."
Chica: "¿Como qué?"
Yo: "(Me he quedado en blanco...Mierda, piensa rápido) Uff... de todo (piensa mejor) No sé, taxistas que me cuentan su vida y tal... De todo, ya sabes cómo son los taxistas".
Chica: "¡Qué pasa con los taxistas! ¿Algún problema?"
Yo: "Eh... no, claro, si hay de todo" (¿Falta mucho para llegar? Joder, normalmente son solo 5 minutos...)
Chica: "Aunque la verdad es que hay cada golfo..." - y mira al chico.
Yo: "(No caigas, es otra trampa...)"
Taxista: "¿Quién yo? Sí, claro , cari... Si ya sabes que si tú no estuvieras aquí yo ya me habría llevado a esta tía a cenar y a un hotel"
Yo: "(¿Hola? ¡¿Qué está pasando, por favor?!)"
Taxista: "Si es que eres una paranoica, chiqui"
Yo: "(¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué la provocas?!)"
Chica: "¡Que yo soy una paranoica! ¡Es que es la ostia!" - me mira - "¡Le pillo con los pantalones bajados en la habitación con tu mejor amiga y todavía soy yo la loca paranoica!"
Yo: "Ya..." (¡Bien esta es mi calle!) "Por aquí puede parar, gracias...)"
Taxista: "Son 7.50€" (En serio, me cobró la carrera y todo...)
Yo: "Pues nada, buenas noches" - salí corriendo al portal antes de que pudieran tener algo más que decir...

viernes, 12 de febrero de 2010

Hasta el último

Nadaba y nadaba. Nadaba a pesar de que las algas se le habían enredado en las extremidades y apenas le permitían moverse, nadaba aunque le picaban las medusas, nadaba a pesar de que el oleaje la retrasaba a cada brazada, nada aunque sentía la boca seca y el cuerpo entumecido, nada aunque le picaran tanto los ojos que ya no veía hacia dónde... Nadaba a pesar de todo. Pasaba cada cierto tiempo cerca de un puerto seguro, pero la angustia de parar era mayor que la angustia de seguir nadando. Sabía cuál era la solución más fácil, la imagen aparecía en su cabeza de forma intermitente cada cinco segundos, pero algo en su interior hacía que la desterrase y siguiera adelante.
A cada momento oía una voz en su cabeza: "Nadar y nadar, para morir en la orilla".
- "Mejor morir que no haberlo intentado" - contestaba mentalmente.
- "¿Hasta tu último aliento?"
- "Hasta el último" - sentenciaba ella.

lunes, 8 de febrero de 2010

La imagen completa

El punto blanco de ese cuadro la tenía preocupada. Siempre se acercaba a examinarlo, a intentar descubrir qué era. ¿Acaso era suciedad acumulada con los años? ¿Quizá una gota que cayó del pincel del artista en su momento? ¿O ese punto estaba ahí de forma premeditada? Examinaba el punto del cuadro y pensaba en él cada día.
Hasta que una vez se le ocurrió que, quizá, si se alejara un poco podría tener un poco más de perspectiva. Quizá si se alejaba, podría ubicar el punto y descubrir qué pasaba con el cuadro. Así que se alejó del cuadro unos pasos y, cuando se dio la vuelta, lo comprendió todo. Nunca había visto el cuadro, nunca lo había mirado de verdad. El punto, era insignificante comparado con la belleza del cuadro, con la historia que contenía, con la emoción que suscitaba...
Descubrió que en su obsesión por aquel punto, se había perdido lo único que realmente importaba, la imagen completa.

jueves, 4 de febrero de 2010

Abuela... ¿para qué?

Comentarios agradables que me hace mi abuela día a día:
- Entra en mi habitación y se queda observándome, lo que de por sí me pone del hígado, y al rato dice: "Hija, parece que tienes los brazos más gordos, ¿no?"
- Entro por la puerta, me saluda y me mira con cara de preocupación: "Cariño, ¿estás enferma?" "Pues... no" "¡Menos mal! Es que me parece que tienes la cara más pálida de lo habitual..." (No, abuela, lo que pasa es que soy muuuuuy blanca pero eso no es sorpresa porque lo he sido toda mi vida)
- Voy a salir de casa, me despido y me dice: "¿Te vas de pingo, ¿eh pajarita loca?" "Sí, me voy con las amigas..." "¿Y por qué no te maquillas un poco, que parece que tienes mala cara?" "Porque ya estoy maquillada..." (Depresión...)
- "¿Te has mirado lo del hipotiroidismo? Parece que tienes un poco de papada, ¿no?"
- "Hija, no sé cómo P. te soporta, con lo lija que eres"
- "Parece que te brilla menos el pelo, ¿no?" "Es posible" E insiste: "Sí, lo tienes como apagado y mustio, ¿por qué no tomas vitaminas?"
- Dentro de poco te toca cortarte el pelo, tienes las puntas como muy mal" "Me lo corté hace un mes" "Pues te lo cortaron mal..." (Tócate los cojones, mariloles)

¿Sabéis la expresión "a ese no le hace falta abuela"? Pues si es como la mía, ni ganas de tenerla, al menos si quieres seguir teniendo una pizca de autoestima.

P.D: En realidad mi abuela es genial, pero tiene estos detallitos que... Bueno, al menos, me da cosas sobre las que escribir...

lunes, 1 de febrero de 2010

Incómodos ascensores

¿Por qué nos incomodará tanto compartir ascensor? No sé por qué es, pero cuando entro por el portal y veo que un vecino va a entrar detrás, no puedo evitar salir casi corriendo hacia el ascensor, meterme e intentar cerrar la puerta con fuerza mientras le doy al botón del 12. Todo ello para no compartirlo.
Cuando se comparte ascensor, el ambiente se carga de tensión de repente y se empiezan a oír carraspeos, a ver miradas huidizas y tímidas sonrisitas falsas que terminan muy pronto. Y entonces silencio. Silencio mientras se escudriña la pared del ascensor (porque, claro, es interesantísima) y maldices a la relatividad por hacer que parezca que la ascensión nunca termina. Casi se oyen los tic-tacs de los relojes. Y, por fin, se llega al piso deseado: más carraspeos y tímidas sonrisas a modo de despedida.
Esto, si te toca un vecino decente. Cuando toca subir con el vecino charlatán, es mucho peor porque a todo lo anterior se unen incómodas conversaciones banales. El tópico "parece que mañana va a llover", no lo es; pasa, y mucho, en los ascensores. Incluso, los hay del género preguntón "¿qué estudias? ¿cómo están tus abuelos?..." pero en cuanto salen del ascensor, lo olvidan.
Y si esto es una tortura para la mayoría, imaginaos para mí, que adoro subir y bajar sola en ascensor: me miro los poros, pongo caras, canto la música que voy escuchando, me examino los dientes... No sabéis las desilusiones que me llevo cuando tengo que compartir ascensor.
Por esto, si veis a una pelirroja entrar en el portal e ir corriendo como una loca hacia el ascensor, dadle el capricho y dejadla ir sola, que bastante tiene con lo suyo...