Últimamente no paro de preguntarme qué está pasando con los adolescentes de hoy en día. Soy consciente de que sueno como una vieja, pero es que es una pregunta que no puedo eludir por más tiempo.
Os cuento la situación que viví el otro día, una de tantas:
- Me subo al autobús. Veo que al final del todo hay un grupo de chicos y chicas de unos 15 años, así que me siento unas filas más adelante (para lo que sirvió...). Antes de nada, os diré que eran chavales normales, no de esos con pinta de gángsters que hay por ahí.
En fin, que me siento tranquilamente con la intención, como siempre, de mirar por la ventana y pensar en mis cosas. Sin embargo, hay tanto ruido que no puedo ni oír mis propios pensamientos, por lo que me concentro en su conversación. Para empezar, hay como 5 conversaciones dándose de forma paralela entre ellos, todas a la vez. Debido a que los adolescentes adolecen de lo que yo llamo "turnos de conversación", (esperar a que la persona que está hablando termine para hablar tú) básicamente se están gritando los unos a los otros sin enterarse de nada. Esto, de por sí, es muy molesto.
Para seguir, todos tienen móvil. Y recalco que todos son adolescente de hoy en día. Por consiguiente, TODOS llevan música puesta en el móvil. Ya me parece una falta de respeto y educación para con los que te rodean escuchar la música sin cascos (cosa que criticaré largo y tendido en otro post porque de verdad que no lo entiendo), pero tener que escuchar (además de sus alaridos) rap, flamenquito, reggaeton y pop a la vez...
Además, iban comiendo pipas. Obviamente las cáscaras iban al suelo pero lo que yo no conocía era el modo aspersor. Al parecer, ya no solo se echan las cáscaras al suelo, sino que además se escupen (sin contar que hay más gente en el autobús a la que puedes dar).
Otra cosa que me llamó la atención, el número de palabrotas por frase. Estoy segura de que estos críos en su casa hablan muy bien y son muy educados (por romper una lanza a su favor y ser optimista...) pero no paro de preguntarme cómo se puede ser tan absolutamente soez. No son solo las palabrotas, son las expresiones. Y que conste que yo soy bastante malhablada, no es fácil que yo me escandalice.
Por último, me doy cuenta de que... ¡Están bebidos! ¡Y son las 5 de la tarde! Yo también bebía a su edad, pero a unas horas más nocturnas. Pero no solo estás bebidos, presumen a voz en grito de estarlo. Lo comentan una y otra vez en alto, no vaya a ser, no sé, que alguien no se haya enterado.
Juro que hubo gente que se bajó antes de su parada con tal de no soportar ni un segundo más a esos niñatos que parecían orangutanes en celo recién escapados del zoo. Juro que yo misma consideré abandonar el autobús, aunque aguanté como una valiente.
No tengo idea de qué es lo que está pasando con esta juventud. Y lo realmente increíble es que esto lo esté diciendo yo, que hace 5 años era una adolescente corriente y moliente. Pero os aseguro que en toda mi adolescencia, jamás me comporté de esa forma. Ni cuando mi sistema hormonal gobernaba mi cerebro; ni cuando mi necesidad de marcarme como ser independiente era tan fuerte como mi necesidad de encajar en mi grupo de iguales y homogeneizarme, de forma que vivía en un dilema constante (como todo adolescente); ni cuando tenía esa paranoia adolescente de que todos los adultos están en mi contra y me tienen manía... Ni con esas, llegué a ser tan insoportable.
Tribal Arm And Shoulder Tattoo
Hace 12 años