lunes, 8 de marzo de 2010

Tortura remunerada

He llegado a la conclusión de que la tortura en algunos casos es legal. No solo eso, sino que además está remunerada. Estoy segura de que antes de que terminéis de leer el post sabéis a quienes me refiero.
- Al empezar intentan cegarte con una intensa luz dirigida directamente a los ojos.
- Te clavan agujas metálicas repetidas veces.
- Todos los instrumentos que usan están afilados o tienen la capacidad de hacerte sangrar.
- Siempre, siempre, siempre te van a hacer daño. Lo único que varía es la intensidad del dolor.
- De igual el procedimiento, la factura final tendrá, al menos, dos ceros.

Efectivamente, es el dentista. Yo solo había ido un par de veces y como nunca había tenido nada de nada ("tu boca es como un rolls royce" - decía mi anterior dentista), nunca había sufrido en mis carnes lo que son los procedimientos dentales. Que conste que no soy ninguna quejica, he pasado por un par de operaciones sin problemas, pero lo que pasa en el dentista no es normal. No es solo el dolor, es la grima que se siente porque aun estando anestesiada notas todos sus movimientos, es tener la certeza de que estás sangrando a chorros porque estás saboreando tu propia sangre sin podre hacer nada, es el olor a hueso quemado... Y el final más amargo de todos: LA FACTURA. ¡Menos mal que solo era un curetaje! (que dicen que no es gran cosa en comparación con lo que te pueden hacer)
A partir de ahora voy a cuidar mi boca como si fuera mi tesoro más preciado, a mí no vuelven a cobrarme por torturarme durante una hora.

5 comentarios:

Kobal dijo...

Pues si, Totalmente de acuerdo. A mi me hicieron, una de las veces un destrozo, que me tuvo un día y medio en cama con fiebre y unos dolores para dormir. Y para colmo, tenía exámenes en la Universidad.

Yo dijo...

Los dentistas!!! señores que necesitamos a veces, pero como sangran con la factura.

Que te sea leve.

un bsito

madroca dijo...

Uffffff da grima el solo hecho de mencionarlos, y cuanta razón tienes con esas sensaciones inamovibles que mientras te están "torturando" se producen en tu boca sin poder hacer nada, sabores y olores ufffff, y la temida factura, siempre astronómica.
Brrr, voy a cepillarme los dientes ahora mismo

Anónimo dijo...

Ufff y creo que la única forma de acabar con ellos es clavándoles una estaca en el corazón,... o eso era a los vampiros? Bueno que me dan mucho miedo esta 'gente'!

Saludos.

Su dijo...

Uff! Yo odio el dentista, te aseguro que me da más miedo que ponerme de parto, y te juro que no exagero. Y lo malo es que yo no tengo un rolls royce...

Hasta la próxima!

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