lunes, 15 de noviembre de 2010

Lotería

Nunca juego a la lotería, más que nada porque sé que nunca me va a tocar. No tengo ninguna fe en la suerte, de hecho, no tengo ninguna fe en MI suerte (sobre todo porque nunca aparece cuando la necesito...). Pero hoy he decidido jugármela, he decidido fiarme de la suerte y las probabilidades y las estadísticas y, probablemente, perder.
Como una quiniela, he decidido que caerán los temas 2, 6, 7 y 8 (coincidiendo con los más fáciles e intuitivos a la hora de recordarlos) en mi examen de psicología de la salud. "Al fin y al cabo 4 de 7 es un número más que aceptable" - me dije. Y, sin embargo, algo me dice ahora "en febrero te vas a arrepentir terriblemente cuando tengas que presentarte con 20 temas en vez de con 11".
En fin, a lo hecho pecho, como dice mi abuela. Así que en 5 minutos me dirijo a encabezar una huida masiva del aula debido al mal cálculo de probabilidades y, seamos sinceros, a la pereza.
Solo me queda rezar a la Diosa Fortuna pero seguro que con todas las veces que he dudado de ella acude, pero para dar por culete.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Freaky Friday

21:30: me junto con los colegas. El plan es ir de cañas.
21:40: me pido la primera copa de vino. Todos son risas. Comparamos los piropos españoles con los hondureños, curiosamente los suyos son mejores.
22:45: segunda copa de vino. La conversación no es demasiado interesante, la política y economía hondureña no es precisamente mi fuerte...
23:30: decidimos ir a bailar. Mi novio se va a casa. Nos abandonan también otros 3 porque se cabrean con el primo de mi amigo. Solo quedamos 3.
00:00: ya hemos llegado al garito. Me pido un melonazo (licor de melón, licor de kiwi, vodka). Bailamos mucho, me río mucho. El primo de mi amigo me cuenta lo maravillosa que es su novia, ¡qué bonito ver a alguien tan enamorado!
00:45: el primo de mi amigo intenta enrollarse conmigo, le mando a tomar por donde amargan los pepinos... Este tío es gilipollas.
01:15: el melonazo se acabó, entra rápido y demasiado bien... Me voy a pedirme una copita.
01:25: bailo salsa-reggaeton (o como se escriba). Creo que se me va la cabeza, aunque podría ser por todas las vueltas que estoy dando.
01:55: ¡Oh, oh! Me voy al baño a largarlo todo antes de que lo eche en la pista de baile...
02:15: creo que ya puedo levantarme... ¡O tal vez no! Mierda, veo muy borroso... (Arcada) Intento incorporarme: no puedo.
02:30: sigo sin poder ponerme de pie y la mancha del azulejo no para de moverse, así no hay forma de centrarse... (Arcada y todo lo que le sigue)
..:..: creo que quizá podría abrir la puerta y pedirle a alguien que busque a mis amigos... Pero no, no puedo incorporarme todavía sin caerme y acabar vomitando.
..:..: ¿Me he dormido? ¿O me he desmayado? ¿Me encuentro mejor? Me duele todo, y tengo sudores fríos y... ¿Estoy llorando? Me rasca la garganta. Quiero salir de aquí. Intento incorporarme pero... ¡Otra vez no! (Arcada y vómito) Mierda, he apuntado mal y lo eché en mi pierna. Esto es asqueroso.
..:..: ¿Qué son esas voces? ¿Me gritan a mí? ¿¡Realmente estoy abrazada a la tapa del váter de una discoteca? Me muero del asco... Intento escuchar las voces: parece que una chica cree que me ha dado un yuyu y ha llamado a su novio, que pretende echar la puerta abajo. Me esfuerzo por gritar que me dejen en paz, que estoy bien. Se van. Ya no intento ponerme de pie, sé que no puedo...
..:..: Me despierto porque estoy temblando y tengo náuseas, pero creo que... Sí, mi cabeza está más lúcida, creo que... ¡SÍ, puedo ponerme de pie! Voy a salir de aquí.
..:..: ¡Están cerrando el garito! ¡Mis amigos no están! (PÁNICO) Un tío que lleva ahí desde el principio de la noche me dice que se han ido hace ya rato. (PÁNICO Y CABREO)
Se me ocurre preguntar qué hora es... Son las 05:00 y casi me da un pasmo. ¡Llevo 3 horas en un baño! El tío raro se ofrece para llevarme a casa, me niego (solo faltaba acabar violada y tirada en un descampado...)
05:05: mis cosas no están (ni dinero, ni móvil, ni llaves de casa, ni abrigo...)
05:10: cojo un taxi y me dirijo a casa. Mi novio me va a matar cuando le diga que baje a pagar pero...
05:20: mi novio baja asustado pero cuando ve que estoy de una pieza su cara se convierte en cabreo. Subo a casa y devoro todos los carbohidratos que encuentro, mientras le cuento la historia. Creo que va a matar a mi colega. Espero que lo haga, no creo que tenga fuerzas para hacerlo yo misma en un tiempo. Pedro coge mi ropa intentando tocarla lo menos posible, me extraña que no la tire directamente a la basura. Insiste en que me duche pero la idea de meterme en otro baño, aunque sea durante un segundo, me da ganas de morir. Me pone el pijama y me mete en la cama.
Mañana tendré resaca pero ya estoy en casa y, como se suele decir, en casa como en ningún sitio.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El león y el cervatillo

Las apariencias engañan, lo sabemos, y aun así nos vemos engañados por ellas.
Ella es taimada, sibilina, paciente... Y parece frágil, vulnerable, dulce y bienintencionada.
Yo soy fuerte, directa, borde, sincera... Y es lo que parezco.
Ella me pica y me pica, socava mi paciencia, busca mi mal carácter, me provoca una y otra vez... Y, de cuando en cuando, yo respondo. Pero, ¿qué pasa cuando alguien, metafóricamente, te da patada tras patada bajo la mesa y tú te levantas y le das un puñetazo? Que automáticamente eres la culpable.
Y yo me preguntaba, ¿cómo puede ser que nadie la vea como realmente es? ¿Cómo la creen a ella antes que a mí? ¿CÓMO?
La respuesta es sencilla: si ves un cervatillo herido junto a un león, ¿qué piensas? Sé bien la respuesta, que el león lo hirió, ¿verdad?
Hay mil alternativas a esa respuesta, pero es la única que se le ocurre a todo el mundo.
Bien, por desgracia, yo soy un león, ¿cómo me defiendo?

jueves, 4 de noviembre de 2010

¿Me lo dejo en el tintero?

En nuestra vida diaria hay mil cosas que dejamos de decir. Nos callamos. Y lo hacemos para evitar conflictos, para no hacer daño, para evitar represalias... Nos callamos cosas que sabemos que nadie debe decir en voz alta, tabúes, sobre nuestros más allegados y, claro está, ellos hacen lo mismo por nosotros.
¡Pues yo me he cansado! Estoy harta de morderme la legua una y otra vez, de tener que silenciar las palabras hasta en mi cabeza para que mi cerebro no tome la delantera y haga que mi boca escupa toda clase de improperios directamente a la cara de mi interlocutor. Y, claro, como no quiero practicar el suicidio social me he dicho, ¿para qué tengo el blog si no es para esto? Así que aquí va todo lo que me estoy dejando en el tintero:
- M. no deberías seguir con ese tío. No te trata como te mereces y coarta aquello que más admiro de ti, tu libertad. No tienes por qué aguantar sus inseguridades, ni permitir que te hable como te habla, ni que te diga con quién puedes salir, ni sus críticas, ni su egocentrismo... Y podría seguir porque ese hombre no es más que un cavernícola egoísta, celoso, posesivo, estúpido, irrespetuoso... ¡Y tú eres una mujer extraordinaria!
- L. tu relación está abocada al fracaso y, te guste o no, eso es sobre todo por tu culpa. Has sido una hipócrita de los pies a la cabeza. Llevas 2 años reprochándole que te fuera infiel y que te mintiera (cuando todavía no habíais ni definido vuestra relación), diciéndole que para ti la sinceridad es primordial, montándole pollos constantes por tus inseguridades y, sin embargo, tú te has acostado con otro hace 3 meses y ni se lo has mencionado. ¿Qué era eso de la sinceridad y la confianza? Porque para haber estado tanto tiempo soltando el mismo rollo, no te lo aplicas... Él no es perfecto y ha cometido errores, pero estoy harta de oírte decir que todo es culpa suya. Te quiero y eres mi amiga, razón por la cual estoy en tu bando, pero no puedo dejar de pensar esto.
- L. repito contigo pero es que últimamente la cagas como nadie. Lo que le has hecho a tu amiga, a alguien que ha estado a tu lado todo este tiempo queriéndote y apoyándote, no tiene nombre. Entiendo que la tal Sandra era tu mejor amiga y la conoces desde hace 10 años, pero ella no ha estado aquí en 3 años y, en cuanto rompe con su chico vuelve y para ti tiene prioridad... ¡Qué feo! La situación es desafortunada como ninguna pero sabías bien cómo se iba a sentir, sabías lo doloroso que iba a ser y, aun así, la has presionado para salirte con la tuya y favorecer a Sandra... No me gusta un pelo.
- Maika... 5 entradas no bastarían para decirte todo lo que tengo que decirte pero, lo intentaré: TE ODIO. Y tú me odias a mí. Pero da la casualidad de que eres la pareja de un amigo al que quiero muchísimo y tengo que se ser educada, ¿sería posbile que tú hicieras lo mismo? Para empezar, te guste o no, EXISTO, y hacerme el vacío no va a cambiarlo. Por mucho que finjas que no estoy ahí, por mucho que me excluyas en las conversaciones, que me contestes mal, que le hables a mi novio como si no tuviera una relación conmigo, que hagas que no me oyes cuando te hablo... Por mucho que lo intentes, ESTOY AQUÍ. Y, aun así, como ofrenda de paz (aunque no te soporto) me comprometo a regalarte un gatito (porque sé que te hace ilusión), tú me dices que sí y cuando lo consigo me lo rechazas... ¿Existe alguna manera de que seas más desagradable, maleducada e hija de puta? Por favor, mantenme al día con tus nuevas ideas, estoy deseando ver qué putadas me tienes reservadas para el futuro.
- V. eres una oportunista muy egoísta, pero me das pena. No tienes ni tendrás jamás una relación de confianza con un hombre porque no confías ni en ti misma. No tienes amigas de verdad porque piensas demasiado en ti, no sabes escuchar, eres increíblemente interesada... Y lo peor de todo es que la gente te disculpa por lo que te pasó con tu padre. Y yo sigo pensando que no es excusa. Todos tenemos mierda en nuestras vidas, cosas que afrontar, y no vamos por ahí comportándonos como lo haces tú. Me parece muy fuerte que tu novio nos odie porque fue para ti más fácil echarnos la culpa cuando le pusiste los cuernos ( que ya me dirás cómo vamos a obligarte a hacerlo), todo porque jamás afrontas las consecuencias de tus actos... Te tengo cariño porque ya son años y el roce, ya sabes, pero sigue sin gustarme nada tu forma de ser.

Y todavía me quedan cosas por decir pero me he cansado de escribir y, además, no tengo toda la noche.