sábado, 15 de junio de 2013

Algo se muere en el alma...

...cuando un amigo se va.
Si bien no de forma literal, la verdad es que es completamente cierto. Algo se apaga y te duele cuando sabes que vas a perder a alguien por razones ajenas a la propia relación, en este caso concreto por la distancia. 
No obstante, y a pesar de la tristeza, me quedo con lo buenos momentos vividos con esta persona y los atesoro para asegurarme de no perder ninguno dentro de mi olvidadizo cerebro. Me quedo con que fue la primera persona con la que hablé el primer día del máster (y la sensación de confianza que me dio), con su "Hele, mi bella", con nuestra forma de buscarnos allá donde fuésemos para cuidarnos mutuamente, con la forma en que nos hemos apoyado la una en la otra, con las largas conversaciones en nuestro rincón con dos copas de vino, con los cotilleos, con su forma de escucharme divagar durante horas sin perder la sonrisa (qué paciencia), con nuestra unión para desterrar a "la turbia", con el día estupendo en el parque de atracciones... Con todo.
Me siento tremendamente agradecida por haberla conocido y únicamente espero que nuestros caminos se vuelvan a encontrar pronto. 
Ay, Jime, cómo voy a echarte de menos...

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