miércoles, 14 de agosto de 2013

Estoy bien

"Estoy bien", es una de esas frases que, dichas frecuentemente, acaban por perder su sentido. Pero es que a veces no hay muchas más respuestas para la incesante pregunta "¿estás bien?", sobre todo cuando, en realidad, todos esperan que no lo estés (porque no deberías estarlo). Y, por eso, es una frase que repito una y otra vez últimamente mientras mis amigos ponen los ojos en blanco, completamente incrédulos.

No obstante, y lo diré únicamente una vez más, sí estoy bien. Ojo, no estoy estupenda, pletórica o maravillosamente, pero estoy aceptablemente bien. Está bien levantarme cada mañana sin más cuentas que rendir que las que me rindo a mí misma. Está bien volver a pensar en primera persona y recuperar el posesivo "mi". Está bien preocuparme únicamente por lo que yo quiero hacer y que las consecuencias de dichas decisiones me afecten sólo a mí. Está bien la sensación de libertad que me invade cada mañana. Está bien poder flirtear y sentirme capaz de desear de nuevo. Está bien tener nuevos retos y sentir que todo depende de mí y de lo que yo haga. Está bien poder escribir hasta altas horas de la noche. Está bien no tener que esperar más por nadie. Está bien marcar mi propio ritmo de vida. Está bien ser un poco egoísta y egocéntrica sin sentirme culpable. Está bien descubrir quién está realmente de mi lado y se preocupa por mí. Está bien sorprenderme porque hay personas en mi vida que, aunque no me lo esperaba en absoluto, han estado apoyándome y preocupándose por mí. Está bien salir y entrar cuando quiero. Está bien no tener más límite que el que yo misma me impongo. Está bien sentirme valiente. Está bien saber que soy capaz de afrontar cualquier cosa por mí misma. Está bien descubrir que no soy acomodada, que prefiero romper con todo lo que me es conocido a quedarme porque es lo más fácil. ¡Tantas cosas que están bien!

Sin embargo, no estoy estupenda, pletórica, ni maravillosamente... Porque tengo una sensación de vértigo en el estómago un segundo después de despertarme por la mañana y sentir esa libertad. Porque me da pánico haberme equivocado. Porque he perdido a mi perro, que es lo que más quiero en este mundo, y todavía no he aprendido a vivir con ello. Porque, en la distancia, no pasa un día que no me pregunte cómo estará. Porque me echo a llorar en el coche, sin previo aviso. Porque se me revuelve el alma cada vez que veo una foto nuestra. Porque tengo la horrible sensación de que jamás nadie me querrá así, ni estará dispuesto a darme tanto. Porque echo de menos dormirme mientras alguien me toca el pelo. Porque no volveré a probar tus platos. Porque personas que creía que eran amigos míos me han dado la espalda y fingen no verme si me los encuentro. Porque mi ropa está en bolsas y no tengo ni una cama propia. Porque cuando pienso en cómo he hecho las cosas, me odio a mí misma. Porque una cosa es no amarte y otra no quererte.

Así que, como se puede ver, lo comido por lo servido: "estoy bien"